Sigo con la ventana cerrada y aun así sentía frío, por eso encendí la chimenea, el mágico fuego que siempre fascinó a nuestros ancestros, lares de pueblos y símbolo del hogar de nuestra lengua occidental.
Observar el fuego me fascina, me traslada la mente hacia una paz infinita, nunca entendí como llegó a ser el símbolo del infierno para occidente y sin embargo es la purificación para oriente.
Sentada en el suelo de albero caliente bajo una hoja inmensa de una aralia silvestre, sigo ensimismada mirando las llamas que emanan milagrosamente del tronco de un acebuche sesgado por la mano del hombre, un ruido solemne invade mi habitación y los olores de las savias muertas perfuman cada poro de mi piel.
Está anocheciendo y un ruido de motores sibilinamente se escucha a través de la puerta semiabierta, mi familia sigue atenta a no sé que carrera de bólidos desenfrenados, hoy he puesto a Silvio Rodríguez, el compás de la música de la lumbre se fusiona con esa voz fina y envolvente de sus rimas.
El Otoño invita a la Reflexión, la que necesitan muchos políticos de nuestro pueblo, quizás necesiten una chimenea, una ventana y un verso en la voz de Silvio... pero no creo ni siquiera que reflexionen, su cerebros están llenos de adrenalinas de ira e impiden ver mas allá de sus metas mal llamadas políticas... es una pena para ellos y para nosotros los que votamos a fariseos de la ciudadanía.
Saludos a tod@s y que tengaís un buen día
Una cosa más agradecer a Dkamas, por su ofrecimiento y por sus elogios desmerecidos que me dedica en su página. Gracias
No se puede creer lo que no se entiende.
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